Marketing con Propósito: ¿De verdad las marcas pueden cambiar el mundo?

En la era actual, las marcas ya no se limitan a vender productos; también ofrecen propósitos, valores e incluso ideales. En medio de innumerables campañas publicitarias que buscan la viralidad y likes, una tendencia ha cobrado una fuerza innegable en los últimos años: el marketing con propósito. Surge entonces la interrogante: ¿Es esto una moda pasajera o pueden las marcas, en efecto, ser agentes de cambio social significativo?
¿Qué es el Marketing con Propósito?
Es una estrategia integrada dentro del marketing social, donde las marcas asumen un rol activo en causas sociales, ambientales o culturales. Este compromiso va más allá del beneficio económico directo. Este estilo se fundamenta en ideas sólidas y trasciende la Responsabilidad Social Corporativa (RSC). En el marketing con propósito, el impacto social está profundamente incrustado en el ADN de la marca, en su misión y en sus valores fundamentales. Es decir, no se trata de un «extra» o una adición superficial, sino de una parte intrínseca de su identidad y operación.
¿Por qué ahora es tan importante?
Las nuevas generaciones, en particular, han elevado sus expectativas más allá de la calidad del producto y el precio. Hoy en día, la decisión de compra está intrínsecamente ligada a la ética y los valores de la marca. Los consumidores investigan: les importa si una marca explota a sus trabajadores, si está dañando el planeta o si lo que dice en sus redes sociales es coherente con sus acciones en la realidad. Buscan consumir con la conciencia tranquila, eligiendo empresas que compartan sus valores y su forma de pensar.
Hay datos que lo confirman. Un estudio reciente de Cone/Porter Novelli (2023) reveló información contundente:
* El 79% de los consumidores mantiene una mayor lealtad hacia marcas que se alinean con sus valores.
* El 66% está dispuesto a abandonar una marca si descubre que sus prácticas son poco éticas.
Entonces, ¿Pueden las marcas cambiar el mundo?
La respuesta es un sí. Sin embargo, este «sí» viene con una condición clara: solo si las marcas son auténticas, coherentes y profundamente comprometidas. El marketing con propósito es mucho más que una simple campaña publicitaria; es, en esencia, una cultura organizacional que impregna cada nivel de la empresa. Es una promesa que se respalda con acciones concretas, no solo con hashtags ingeniosos o declaraciones vacías.
La credibilidad se construye con hechos, no meramente con palabras. Por ejemplo, cuando una marca de alimentos se compromete a reducir su huella de carbono, no basta con anunciarlo; debe demostrarlo con cambios tangibles en su producción, transporte y empaques.
El marketing con propósito no es simplemente una tendencia pasajera; es una responsabilidad necesaria para las marcas en el siglo XXI. Ellas poseen un poder innegable, un poder que se magnifica cuando utilizan su voz no solo para vender, sino para hacer el bien. Alinear sus operaciones con un propósito social o ambiental es la forma más efectiva de conectar con un público que ya no solo busca consumir productos, sino que anhela sentir que, a través de sus elecciones de compra, está contribuyendo a un mundo mejor.
Esta conexión profunda construye lealtad, impulsa el crecimiento y, en efecto, tiene el potencial de mover montañas y forjar un futuro más equitativo y sostenible para todos.
Léase también https://blog.uam.edu.ve/del-influencer-al-ceo