Conciencia sobre salud mental: reflexiones de mayo
La salud mental en la universidad es un tema crucial, especialmente durante el mes de mayo, dedicado a crear conciencia sobre su importancia. El bienestar emocional de los estudiantes es fundamental para su desarrollo académico y personal, por lo que hablar de salud mental en este entorno es una necesidad más que una opción. Además, es clave cómo abordamos este tema. En este artículo, exploramos el origen de la conmemoración de mayo, su relevancia en la universidad y cómo el lenguaje que utilizamos al hablar de salud mental puede ser un factor determinante para crear un ambiente inclusivo y empático.
¿Por qué mayo es el Mes de la Concienciación sobre la Salud Mental?
Desde 1949, mayo se dedica internacionalmente a crear conciencia sobre la salud mental, gracias a la iniciativa de la organización Mental Health America. Esta conmemoración busca visibilizar los retos emocionales que enfrentan millones de personas, eliminar estigmas y fomentar el acceso a información y atención profesional.
En entornos universitarios como la Universidad Arturo Michelena, esta fecha cobra especial sentido. Los estudiantes atraviesan procesos de adaptación, presión académica, toma de decisiones y desafíos personales. Hablar de salud mental en estos espacios es clave para promover el acompañamiento, generar confianza y contribuir a una formación integral.
El impacto del lenguaje en la salud mental universitaria: cómo nuestras palabras importan
La forma en la que hablamos sobre salud mental tiene un impacto real. El lenguaje que usamos puede crear espacios seguros o, por el contrario, reforzar estigmas. En ambientes universitarios, donde las emociones pueden estar a flor de piel, aprender a comunicarnos con empatía es parte de construir una comunidad más humana.
¿Por qué importa cómo hablamos?
Porque nuestras palabras pueden ser puente o barrera. Frases como “eso no es para tanto” o “tienes que ser más fuerte” minimizan lo que siente la otra persona. En cambio, decir “¿quieres hablar de eso?” o “estoy aquí para escucharte” puede marcar una gran diferencia. Escuchar con atención, no juzgar y evitar comparaciones son formas sencillas pero poderosas de mostrar apoyo.
Pero ese mismo poder lo tienen las palabras que usamos con nosotros mismos. En momentos de ansiedad, estrés o frustración, solemos ser nuestros peores críticos. Expresiones como “no sirvo para esto” o “todo me sale mal” pueden afectar profundamente nuestro bienestar emocional. Aprender a hablarnos con compasión, reconocer nuestros límites y validar lo que sentimos también es parte del autocuidado.
Si estás atravesando un período de estrés académico, puedes comenzar por leer estas recomendaciones profesionales para manejarlo desde el autocuidado.

Atendernos con responsabilidad
Si alguien está atravesando un malestar emocional persistente, lo recomendable es acudir a un profesional. Psicólogos y terapeutas están preparados para acompañar estos procesos con herramientas reales y basadas en evidencia. Buscar ayuda no es un signo de debilidad, sino un acto de responsabilidad con uno mismo.
En la Universidad Arturo Michelena, creemos en la formación de profesionales comprometidos con esta realidad. Por eso, contamos con la carrera de Psicología, diseñada para formar especialistas capaces de atender con empatía, rigor y ética las complejidades del ser humano.
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